jueves, 7 de agosto de 2008

Para saber “QUIEN SOY” hay que saber “QUIENES SOMOS"

¿Has visto en los documentales del mundo submarino esos cardúmenes de peces que se mueven en la misma dirección como si estuviesen coordinados por un cerebro en común?


¿Has visto esos documentales que muestran como funcionan en sociedad las abejas y las hormigas?

Las especies funcionan coordinadas entre si para su supervivencia, subsistencia y evolución, constituyendo juntas un organismo. En algunas de ellas como el caso de las abejas es mas evidente que en el caso de los leones, pero no por ello dejan de constituir juntos una nueva especie.

¿Dónde quiero llegar con todo esto?

Somos células de una gran especie llamada “especie humana” y es hora de que cada uno de nosotros comience a ver esta verdad y asimilarla ya que el futuro de esta especie depende del éxito individual de nuestras vidas.

• Considera que la humanidad es una especie y que todos los seres humanos somos las células que componen su organismo.

• Considera que esta especie ha sido dotada de la capacidad de que sus células tengan conciencia individual y decidan su accionar dentro de este organismo, pero no pueden hacer nada que no afecte al organismo mayor (humanidad).

• Considera que tienes dos mentes, la individual y la mente colectiva que es la mente de la humanidad.

• Considera que esta individualización de sus componentes le permite a la especie humana evolucionar (por medio del error y el acierto) para llegar algún día a ser una especie perfecta.

Todo lo que le sucede a la tierra es por voluntad del hombre y debemos ser concientes de este inmenso poder que tiene la humanidad, donde lo importante es darse cuenta de que tu formas parte de ella.

El verdadero libre albedrío es una propiedad de la humanidad como entidad colectiva y eso lo puedes ver en la historia. La humanidad como especie ha sido dotada de un poder ilimitado teniendo un planeta completo a su disposición con todos sus elementos para hacer lo que se le de la gana. La humanidad tiene la libertad de crearse a si misma, de moverse hacia donde quiera, de salvarse o destruirse pero sus componentes (humanos) no tienen esa misma libertad ya que cada uno depende de los otros.

La libertad individual es una ilusión, no existe tal libertad anhelada por los seres humanos si no consideran a la humanidad en su anhelo. El libre albedrío es la capacidad de decidir como vive su individualidad pero no puede decidir el destino propio si no se considera el destino de la especie humana.

Observa tu propio organismo y comprenderás lo que te digo, un brazo sin un cuerpo no es un brazo, no sirve, esta ausente de propósito, y aun estando unido al cuerpo pero desconectado o dirigiéndose solo, sin un propósito mayor, es un brazo que nunca estará libre porque esencia es pertenecer a un organismo que tiene el cerebro y la intención que lo mueven. De la misma manera un humano que se separa de la humanidad vive y muere sin propósito.

Esta gigantesca especie llamada humanidad lleva miles de años evolucionando, nuestros antepasados han dejado su huella de conocimiento (no solo en el planeta y en el universo si no que en su propio organismo) y al igual que las células de nuestro cuerpo, han nacido, se han reproducido, han mutado, han cumplido su propósito y han muerto para dar paso a las futuras generaciones. La diferencia entre ellas y nosotros es que a nosotros se nos ha permitido tener conciencia de nuestra existencia y tener libre albedrío para participar en este proyecto de acuerdo a nuestro criterio en la evolución de la especie a la que pertenecemos.

Así como las células manejan una información que les permite trabajar de manera coordinada procesando sustancias y realizando funciones complejas para el bien global del organismo, cada ser humano tiene esa información colectiva en relación a la humanidad latiendo dentro de su ser que le hace tener un espíritu solidario y el deseo profundo de ayudar a sus semejantes. Esta es una información que viene en el ADN de la especie humana para su supervivencia y es la causante de la frustración (y sufrimiento) de la mayoría de las personas ya que el sistema cultural en el que vivimos nos hace velar por nuestros intereses personales y nos dejamos llevar por el miedo a perder algo, evitando constantemente esa señal que late dentro de nuestro corazón que nos dice “vela por el bienestar de los demás”… Esta es la razón de por que a muchas personas que se les pregunta por lo que les gustaría hacer en sus vidas, dicen que les gustaría tener dinero y crear algún tipo de organización para el servicio de la humanidad.

El problema es que siempre están postergando ese servicio porque no saben por donde comenzar. Por otro lado cuando se integran a algún tipo de organización, comienzan a trabajar con entusiasmo y al poco tiempo se dan cuenta de que la ayuda que están dando no va a hacer la diferencia que ellos pensaban, saben que lo que hacen es una ayuda parcial que en realidad no soluciona nada si no que mas bien alivia, se sienten mas como un remedio paliativo que como una solución, lo que concuerda (resuena) con su voz interior les dice que están perdiendo el tiempo. Y en esto tienen razón.

Para servir a la humanidad hay que comenzar por uno mismo, no se puede hacer el bien llevando un trozo de pan a un pobre mientras tienes juicios negativos contra tu compañero de oficina o tienes cuentas pendientes de perdón con alguien. Ese trozo de pan debe ser ofrecido por una mano sana, que no este lavando sus culpas, que vea a Dios tanto en el mendigo como en su peor enemigo. Cuando esta mano sienta compasión (amor-comprensión) por el mundo y cumpla con el mas grande de los mandamientos que dejo Jesús “Ámense los unos a los otros” (como yo les he amado), comenzarán a entender que lo que le hacen a la humanidad es lo que se están haciendo a Uds. mismos.

Esta no es una simple frase bonita de buenos deseos… Es un poderoso mandamiento que encierra la clave de la felicidad para cada uno de nosotros. Cuando desees el bien de los otros seres humanos comenzarás a vivir la transformación de tu vida ya que te conectarás con tu propósito como especie y te darás cuenta de que como célula, tu misión no es crear riqueza para alimentar bocas hambrientas… tu misión es despertar el amor en ti, “Sanarte” y vivir una vida feliz. Solo con eso cumplirás el propósito de la especie humana ya que con tu actitud de vida se iniciará una reacción de amor en cadena que beneficiara desde tu entorno más próximo hasta el más apartado rincón del universo.

El ser humano se considera a si mismo una especie inteligente en base a los resultados de las mentes individuales, sin embargo al analizar el comportamiento de la humanidad deja mucho por desear que se trate de una especie inteligente… por el momento en su etapa de evolución ha mostrado mas signos autodestructivos que constructivos, sin embargo se sigue perfeccionando a si misma con los años, y a pesar de los malos augurios… siento que vamos por buen camino.

Mientras el humano individual no se conecte con la mente de la especie humana, no será una especie completamente inteligente, ya que la supervivencia y felicidad de su especie individual (descendencia) dependen de la humanidad y no de si mismos.

Como puedes ver hay una relación de dependencia de ambas especies al igual que nosotros dependemos de nuestras células para subsistir, la diferencia es que la plenitud (buena salud y propósito) de cada célula se logra cuando la especie mayor esta sana.

Sanemos a la humanidad… comienza por ti mismo.

1 comentario:

Bandolera dijo...

Hola Alvaro...es verdad hay que empezar por uno mismo..el camino a la realización es individual...a veces los demás te entrampan, pero debes convivir con ello.
Por algo la nobleza de Sidharta al decir que esperará en el umbral hasta que el último de los humanos entre en él....por algo será.
Muchos cariños desde Antofagasta.