jueves, 21 de abril de 2011

Reflexión de Semana Santa

Reflexión de Semana Santa

Por Alvaro Scaramelli

Hace un tiempo vino a mi consulta una mujer cansada y golpeada por la vida que en la entrevista me dijo que su historia era como la de “La Cenicienta”, había sido maltratada y postergada por su madrastra y sus hermanastras toda su infancia, y que se sentía inmensamente infeliz. Averigüé algunas cosas mas y le dije: “Querida, tu no eres ni has sido nunca la cenicienta… ella era feliz, lo pasaba bien realizando las labores impuestas injustamente por su madrastra, se las arreglaba para tener amigos imaginarios, cantaba, bailaba, etc… algo en ella estaba sano y era puro por dentro y era es la razón de su belleza y el premio de haber conquistado sin querer al príncipe azul… debes darte cuenta de que la vida es una consecuencia del sentir interior…” La mujer se puso a llorar, se levanto y me dijo: Gracias…¡has cambiado la historia de mi vida! Ella se dio cuenta de que se había pasado la vida culpando a los demás de su desgracia y que el problema no era lo que le había tocado vivir, si no que “como había vivido lo que le tocó vivir”.

Queridos amig@s, se preguntarán que tiene que ver este relato con Semana Santa y espero que al final de este posteo comprendan su significado. En este posteo trataré asuntos de los que antes he hablado, pero que es necesario reforzar, sobre todo cuando millones de personas convergen internamente en una fecha que los une como principio de vida, aunque la mayoría sin cuestionarse mucho los hechos que convocan a esta celebración.

Debemos estar concientes de que lo que nos han enseñado y como hemos entendido estas enseñanzas determina el tipo de realidad en que vivimos, y son responsables de nuestra felicidad. El acto de “crecer” consiste en adquirir nuevos entendimientos o conciencia y dejar aquella forma de ver la vida que ya no nos sirve, porque queda obsoleta o porque simplemente te hace mal, porque sabotea tu felicidad.

En Semana Santa se celebra la vida, no la muerte… “la vida eterna” mediante el testimonio de un hombre que nos vino a enseñar que la muerte es solo un paso. Dicho en sus propias palabras: "Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas al alma no pueden matar"; "Todo el que procure salvar la vida la perderá, y todo el que la pierda la salvará"; "Por lo tanto os digo a vosotros mis hermanos que la muerte cuando llega desprende el alma de la materia y así el alma no piensa más en la materia, porque para ella ya no existe, piensa en ÉL que la envió, espera en ÉL, confía en ÉL"

Muchas personas se conmueven en esta fecha poniendo la atención en el “acto de sacrificio”, en el dolor y la muerte, sintiendo aflicción por la injusticia de la que fue victima Jesús y haciendo eco en su propio sentir de injusticia en su vida. Muchas personas aceptan vivir su vida con sacrificio aguantando todo tipo de flagelos y humillaciones, tomándose la vida como un trago amargo porque Jesús así lo enseño… o al menos así lo entendieron ya que les dijeron que cada uno debía cargar con su cruz. Pero…. ¿Cual era la enseñanza de Jesús respecto a que cada uno debe cargar su propia cruz? "Venid a Mí todos los que estáis trabajados y cargados, que Yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga“ (NT)

Dijo: “Mi yugo es fácil y ligera mi carga”… ¿por que?

Jesús no sufrió el calvario como muchos piensan, Él tenia el corazón limpio y no sentía rencor por aquellos que lo estaban matando. El sabía algo acerca de la vida y la humanidad que le permitía aceptar el error humano, el era capaz de perdonar a sus torturadores porque sabia que en su ignorancia… “no sabían lo que hacían”.

Fíjense que muchas personas se resisten a perdonar porque culpan al agresor de saber lo que estaba haciendo, y créanme que los que mataron a Jesús también sabían lo que hacían, pero en un nivel de conciencia humano y Jesús no veía la vida desde ese nivel, el entendía el proceso de la vida como una escuela donde estamos aprendiendo a vivir, donde la oveja perdida o el hijo prodigo es aquel que se atreve a equivocarse ya que solo el error es lo que nos permite iluminar con conocimiento ese rincón oscuro y reconocer el camino hacia el bien.

Este escenario interno pone a Jesús en una posición donde NO CONSIDERA INJUSTO lo que esta sucediendo, no intenta hacer que sus agresores cambien de opinión, no se RESISTE AL MAL tal como el lo enseño y es en este escenario de NO RESISTENCIA, donde NO existe el sacrificio, no existe el dolor, no existe la pena.

Jesús dijo: "Vayan y aprendan lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio“ ¿Leyeron bien?... dijo NO quiero SACRIFICIO, de hecho el cristianismo abolió los actos de sacrificios que se hacían en los templos Judíos.

En el evangelio de Pedro hay un texto que señala: “Y tomaron dos malhechores, y crucificaron al Señor entre ellos. Mas Él se callaba, como aquel que no siente sufrimiento alguno”

La historia del Cristianismo comienza con persecuciones y matanzas de los primeros mártires… ¿sabes como murieron ellos?... siguiendo las enseñanzas de Jesús, el primer mártir es Esteban, que fue lapidado y quien murió sin sentir odio ni rencor en su corazón por sus agresores, y sin sentir dolor porque tenía certeza en su corazón de que la vida es eterna y que la verdadera liberación del alma es la NO RESISTENCIA AL MAL. La verdadera libertad se conquista cuando dejas de sentirte afectado por los demás, cuando sabes que eres una pieza dentro del sistema de Dios y que ocupas un lugar dentro de un plan divino para la humanidad. La verdadera libertad la alcanzas cuando dejas de decirle a la vida como deben ser las cosas y comienzas a aprender a escuchar lo que ella tiene que decirte y te dejas llevar de la mano por ella.

Si nosotros entendemos la Semana Santa como un acto de sacrificio, de redención, y de humillación como un acto de “agachar el moño”… nos estamos comprendiendo su verdadera enseñanza, ya que la invitación que se te hace es aprender a vivir llevando una carga ligera en tu vida y eso no tiene que ver con las obligaciones y desafíos que te toca vivir cada día, si no con “COMO TE TOMAS ESAS OBLIGACIONES Y DESAFIOS”. Tanto Cenicienta Jesús no se sentían apesadumbrados por los desafíos que estaban viviendo y eso los hacía libres, y es su libertad interior la que les facilita la vida y les trae como consecuencia una recompensa futura… no porque alguien este parado allí para decidir quien es bueno o quien es malo, si no porque lo que haces cada dia es una siembra que genera una cosecha en el futuro, y si te mueves en la vida sintiendo que todo es injusto, que todo es difícil, que no te mereces lo que tienes… tus cosechas serán coherentes con ese sentimiento.

Reflexiona este fin de semana:

¿Como me estoy tomando la vida?, ¿Qué peso llevo sobre mis hombros?... ¿Por que llevo ese peso?, ¿Es que acaso no confío en la vida?... Si no confío en la vida… ¿Soy una persona de fe?... ¿Siento rencor en mi alma por alguien?... ¿Puedo dejar eso y seguir adelante sin ese peso en mi espalda?... ¿Puedo cambiar mi forma de ver y tomarme la vida si me doy cuenta de que así como estoy no soy feliz?... ¿Puedo darle permiso a la vida para ser lo que es y aprender de ella lo que quiera enseñarme con cada nuevo desafío?... ¿Puedo soltar las riendas del control y permitirle a Dios actuar en mi?...

Recuerden lo que dijo Jesús: “Misericordia quiero, y no sacrificio”

Bendiciones para este fin de semana, compartan este posteo

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