jueves, 7 de agosto de 2008

Los retrocesos son grandes avances

Este es un posteo para aquellos que han trabajado en la aplicación de los posteos anteriores a sus vidas tales como “aquietar la mente”, o “creando paz” entre otros.


Se que es difícil sacarle el ruido a nuestra querida cabezota, pero debemos darnos cuenta de que por muchos años la entrenamos para eso… para emitir ruido. De manera que habrá momentos en que logres encontrar la quietud y habrá otros en que te agobiará el darte cuenta de que sigues con el motor de las pre-ocupaciones en marcha.

Aquietar la mente en el día a día (no pre-ocupandos, no discutiendo imaginariamente, no juzgando, no calificando negativamente lo que hacemos) es el primer paso para escuchar la voz de nuestro “yo sano”. Este “yo sano” que somos nosotros mismos pero en versión “Crística”… ¿sabías que la palabra Cristo corresponde a un nivel de conciencia?... se le llama conciencia Crística y es el nivel que alcanzo Jesús en la tierra que corresponde a la voz del padre dentro de nosotros que es la voz de nuestro “yo superior” o “yo sano”. Es por eso cuando nos persignamos nos tocamos la frente identificando al padre (que somos nosotros mismos en otra dimensión a la que llamamos cielo), al hijo que es nuestra manifestación física, mental y emocional, y al espíritu santo que es el vinculo entre ambas dimensiones. Todos tenemos conexión directa con nuestro “yo sano”, que es la conciencia Crística donde podemos contemplar el mundo a través de los ojos de Dios, viendo solo sucesos adecuados en nuestras vidas y en lo que nos rodea.

Pues bien, el ruido mental nos desconecta porque esta compuesto de supuestos, de miedos y de juicios… el ruido mental nos quita la posibilidad de conectarnos con el aquí y ahora que es lo único real y donde podemos crear Paz en nuestras vidas.

Si algún día fuiste niño y te perdiste de tus padres por un momento, conocerás el tipo de angustia y desesperación que se experimenta. Pues bien, algo parecido nos pasa cuando nos desconectamos de nuestro padre interno siendo adultos, nos desesperamos y nos sentimos inmensamente solos, a pesar de estar trabajando sinceramente en esta conexión e intentando día a día aquietar nuestra mente y sanarnos del alma.

La verdad es que el camino de la sanación del alma te presentará algunos desafíos inesperados, el cambio no será de un día para otro si no que será gradual. Habrá momentos en que te sentirás en completa Paz y armonía con el universo y habrá instantes en que te dejarás llevar por algún viejo desafío no sanado hasta ahora. Será en ese momento donde te cuestiones una y otra vez la veracidad de estas palabras, si es que vale la pena cambiar, si es verdad que se puede conseguir la Paz, etc… Todo aquello surgirá de la desconexión que estarás experimentando y créeme… esa desconexión es adecuada porque te permitirá corregir y limpiar situaciones que no te dejan ver por ahora el panorama completo de tu vida.

Verás también que los días de Paz serán mas duraderos y los de sufrimiento cada vez mas cortos. No pienses ni por un instante en que estas retrocediendo… observa los cambios que están operando en ti, hoy tienes mas conciencia de ti mismo, el niño perdido sabe que su padre esta ahí, dentro suyo esperando la re-conexión. Distinto era antes cuando te perdías (des-conectabas) y no sabías nada de lo que has aprendido hasta ahora.

Ahora sabes que tienes un observador que sabrá sacar partido a la situación difícil que estas pasando para ser sanada completa y definitivamente en tu vida.

Agradecerás cuando se presenten estas situaciones nuevamente porque sabes que saldrás fortalecido y tu conciencia se expandirá cada vez mas hasta los confines del universo. Los retrocesos en realidad son grandes avances hacia la liberación de tu mente y emociones que se presentan desarmónicas para tu crecimiento espiritual.

Consejo:

Cuando reces el Padre Nuestro (si lo haces) visualiza lo siguiente:

Padre nuestro que estas en los cielos…
(El padre soy yo en otra dimensión con la capacidad de sincronizar mi vida aquí en la tierra)

Recuerda, el padre eres tu mismo, el hijo es tu personalidad (tu cuerpo, tu nombre, tu sexo, tu idioma, tus experiencias en la tierra)

Bendiciones.

No hay comentarios: